Cuestión de calidad
Hay muchos factores en el trabajo de un traductor que no se pueden controlar. Pero hay también uno que está totalmente en sus manos: la calidad.
Para nosotros la calidad es lo primero, no porque nos lo imponga alguna norma externa (aunque siempre pueden servir de inspiración), sino porque nos gusta hacer las cosas bien.
Con la experiencia hemos elaborado nuestro propio sistema de control de calidad que comprende el control de calidad ANTES, DURANTE y DESPUÉS de realizar la traducción.
ANTES: evaluamos los textos según su grado de dificultad (especialización) y fecha de entrega indicada por el cliente, requisitos técnicos, etc.
Si nos resulta imposible realizar el encargo en el tiempo requerido, garantizando la mejor calidad posible y cumpliendo con todas las expectativas del cliente, no lo aceptamos.
DURANTE: utilizamos recursos de documentación y terminología, aplicaciones informáticas de traducción asistida, consultamos a especialistas, etc.
DESPUÉS: revisamos la traducción por lo menos dos veces; lo hacen dos personas diferentes, siendo la última un nativo del idioma al que se traduce. La primera revisión tiene como objetivo comprobar si la traducción es fiel, completa y correcta; la segunda, realizada a ser posible después de un tiempo, sirve para pulir el estilo y dar los retoques finales.